El cadáver de un hombre de aproximadamente 30 años fue hallado este lunes último en la mañana, en un nicho del cementerio general de este municipio. Aunque no fue identificado, vecinos del sector indicaron que se trataba del “Once”, un indigente que utilizaba una de las tumbas para vivir y que su oficio era ser guajero.
Los investigadores de la Policía Nacional Civil informaron que el fallecido tenía las manos amarradas con una camisa y que recibió varios golpes en la cabeza, presuntamente con una piedra.
Algo que llamó la atención de los peritos del Ministerio Público fue encontrar un teléfono celular dentro del sepulcro.
Realizaron llamadas a los números registrados en el aparato y contactaron a personas originarias de Izabal, pero no confirmaron la identidad del fallecido.
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